El problema de España con el fuego va más allá de lo alcanzable: son incendios «fuera de capacidad de extinción»

El problema de España con el fuego va más allá de lo alcanzable: son incendios «fuera de capacidad de extinción»

España se enfrenta a una crisis para la que es difícil encontrar precedentes. Los incendios siempre han estado presentes en nuestros veranos, pero este año podría pensarse que su voracidad nos hubiera pillado desprevenidos. Los equipos de extinción de incendios a menudo han tenido problemas para dar abasto en su labor en la lucha contra el fuego.

Y no es para menos, la situación ha sido extrema y, en parte, la culpa está en la naturaleza misma de estos fuegos.

La magnitud de una crisis. Los datos más recientes señalan que los incendios este año han arrasado ya más 340.000 hectáreas, el peor dato en varias décadas. Los incendios han costado la vida a varias personas, ocho según los datos más recientes, pero también han causado heridos y han obligado a miles de personas a desplazarse a áreas más seguras.

Según datos del Sistema de Gestión de Emergencias del programa europeo de observación terrestre Copernicus (Copernicus EMS), este verano los incendios han arrasado con un área mucho mayor de lo habitual en España, aproximadamente 6,5 veces el promedio de años anteriores. Otro dato que nos permite ilustrar la gravedad del problema es el de los casi seis millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) que estos incendios han liberado a la atmósfera solo en España, una cifra que casi dobla los registros de años previos y multiplica varias veces el promedio anterior.

Sexta generación. La voracidad de algunos de los incendios que hemos visto responde a su naturaleza como incendios llamados de “sexta generación”. En este tipo de incendios el fuego alcanza una intensidad tan que altera la circulación del aire en su entorno, genera importantes movimientos convectivos e incluso pirocúmulos, “nubes de fuego”. Todo esto hace del desplazamiento del fuego rápido e impredecible, dificultando más si cabe su control y extinción.

No todos los incendios que se producen en la actualidad son de este tipo, pero las condiciones actuales favorecen la aparición de este tipo de fuegos. Una ola de calor extrema como la vivida en las últimas semanas, sumada a la presencia de abundante materia combustible, es el caldo de cultivo ideal para la aparición de fuegos de quinta y de sexta generación, los más peligrosos que catalogamos.

“Después de una primavera tan húmeda como la de este año en la que la vegetación ha crecido mucho, ahora nos encontramos con una situación de calor extremo, vientos fuertes y mucho tiempo (en algunos casos varios meses) sin lluvia”, explicaba a Science Media Centre Cristina Santín Nuño, jefa del Departamento de Biodiversidad y Cambio Global del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo-CSIC). “Tenemos todos los ingredientes para el ‘cóctel molotov’ que estamos viendo ahora mismo no solo en España”.

Prevenir, mejor que apagar. Los expertos coinciden en señalar que nuestros recursos a la hora de luchar contra este tipo de fuegos son muy limitados debido a su extrema intensidad. A menudo las herramientas de las que disponemos para luchar contra el fuego carecen de utilidad debido a la enorme acumulación de energía en estos fuegos, lo que implica la necesidad de esperar y enfocarse en evitar que la situación empeore.

“No podemos olvidar que, en muchos casos, cuando los incendios son muy grandes, rápidos e intensos, no se pueden controlar totalmente por muchos medios de extinción que se dediquen a ellos. En principio, parece que la ola de calor actual va a empezar a remitir en un par de días, así que eso podría dar una tregua”, agregaba Santín Nuño.

En una entrevista reciente en el diario El Mundo, Paco Castañares, quien fuera director general de Medio Ambiente la Junta de Extremadura a comienzos de los 90, también incidía en la imposibilidad de luchar contra estos eventos. El motivo está en que los incendios de esta magnitud “llegan a alcanzar unas temperaturas de 1.200 grados centígrados en su pirocúmulo.” Por si esto fuera poco, se trata de “fuegos que no tienen ni cabecera ni frentes porque van y vienen de un lado para otro”, agregaba.

No solo la voracidad de los incendios. La falta de medios a la hora de afrontar los incendios ha sido uno de los grandes debates durante este ciclo de incendios. La imposibilidad de luchar contra este tipo de incendios puede hacernos caer en una falsa sensación de inevitabilidad, pero lo cierto es que los medios de extinción son más necesarios que nunca por varios motivos.

El primero y más evidente es que no todos los incendios forestales que estamos viendo llegan a entrar en una fase inextinguible: los incendios de generaciones inferiores sí son manejables y requieren del trabajo de los efectivos destinados a la lucha contra el fuego. En España hay aún numerosos incendios activos, cada uno con características e intensidad propias.

En segundo lugar, hay que recordar que los incendios de sexta generación no son inextinguibles de principio a fin aunque lo puedan ser en sus etapas intermedias. Lograr controlar un incendio antes de que adquiera características que lo hagan indomable es una forma de prevenir las peores consecuencias de estos eventos. Además, tras este pico de intensidad, el fuego remite facilitando su extinción. Encontrar este momento y aprovecharlo requiere de estos medios.

Más allá de la frontera del fuego. A esto cabe sumar la importancia de contar con medios más allá de los límites del incendio, tanto en el espacio; para proteger lugares vulnerables antes de la llegada de las llamas; y en el tiempo, fuera de la temporada de incendios. Respecto a este último caso, los presentes incendios han puesto de manifiesto la necesidad de cuidar del medio rural también durante el invierno.

La clave está también en cómo se distribuyen los medios destinados a proteger a las personas y al entorno del fuego. Según explicaba el propio Castañares, “sobre todo, los medios tienen que estar dentro de los pueblos protegiendo a la gente, con ellos, no fuera”.

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Imagen | Copernicus / Ministerio para la Transición Ecológica


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El problema de España con el fuego va más allá de lo alcanzable: son incendios «fuera de capacidad de extinción»

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Xataka

por
Pablo Martínez-Juarez

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